Aforismos Octava Parte

Conquistar los deseos destruye para siempre el ánimo que teníamos
antes de alcanzarlos.
De pronto emerjo entre fragmentos.
Aquello que no he callado a tiempo sigue socavando.
Nada tiene fin ni finalidad. Pero todo se repite, invariablemente.
Moriría por ti. Pero no moriría por lo que tú mueres.
Somos víctimas de pensamientos heredados.
Has estado tan lejos y te he tenido tan cerca… Temo a las distancias.
Escuchamos lo que sabemos, el resto, es un misterio.
La gravedad es lo único que me retiene. Por eso la sufro tanto.
Nos unimos en un mar de esperanzas y nos perdemos en una ola de desencantos.
Alguien descansa por mí en mis temblores.
Le damos un nombre a todo. Y todo cambia, menos los nombres.
Nada es eterno si no se pone eternidad. Y cuando pensamos lo eterno, muere.
Casi no está aquí. Comprende qué pasa aquí.
Todo es un misterioso juego de miradas. Hasta que los ojos se apagan,
y ya no hay juego.
Sólo miras al cielo cuando sucumbes en la tierra.
Escribe a oscuras, para no ocultar.
Mi nostalgia aumentó diez años mi soledad.
Observo la impermanencia de las cosas con mi pensamiento de arena.
Tocar lo insondable y no regresar.